miércoles, 16 de septiembre de 2009

cambia de dirección

Y allí te hayabas, en la autovía dirección a Huesca pensando en que no querías dormir en esa cama y el coche no dejaba de rodar e intentas pensar que no debes pensar y te concentras en averiguar el número de veces que girarán las cuatro ruedas del coche a lo largo del trayecto, mientras el sol refleja en tu cara. Te encanta abrir la ventanilla, hacer la ola con la mano y sentir como el aire te golpea y despeina. Cierras los ojos, te dejas llevar y rezas por y para que ese pequeño instante mágico no termine. La realidad te despierta sobresaltada y gritas... - Papá cambia de dirección y vamos a descubrir destinos prohibidos.

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