viernes, 18 de junio de 2010

Uno siempre encuentra su destino en el camino que toma para evitarlo

A veces estamos en el mismo sitio y justo a la misma hora. Y casi puedo oír su voz, casi puedo tocarle. Quiero creer que sabe que estoy. Eso te queda. Sólo momentos. Pero pasan página y tu quieres que la pasen, aun así es todo lo que tienes. Momentos En el fondo a todo el mundo le gusta pensar que puede ser fuerte, pero ser fuerte no solamente es ser duro, se trata de asimilarlo. A vece tienes que darte a ti mismo permiso para no ser fuerte por una vez. No tienes que ser duro cada momento del día, está bien bajar la guardia, de hecho hay momentos en que es lo mejor que podrías hacer, siempre que escojas tus momentos con sabiduría... Es impresionante las clases de adicciones que existen, sería demasiado fácil si sólo fueran drogas, tabaco y alcohol. Yo creo que la parte más dura de mandar a la mierda el hábito es querer mandarlo a la mierda. Es decir, ¿nos hacemos adictos por un motivo verdad? A menudo, demasiado a menudo, las cosas empiezan de cero como una parte normal de tu vida y de algún modo cruzan la linea de la obsesión, compulsión, perder el control. Es el colocón que arrastramos, el colocón hace que todo lo demás se apague lentamente. El caso es que la adicción nunca termina bien porque tarde o temprano lo que nos haya tenido drogados deja de hacer sentir bien y empieza a doler. Pero dicen que no mandas a la mierda el habito hasta que caes en lo más bajo. ¿Pero sabes cuando has caído? Porque no importa cuanto daño nos este haciendo algo, a veces dejarlo marchar nos duele mucho mas. La competición es una lucha de leones, levanta la cabeza, echa los hombros hacia atrás, camina con orgullo, no te lamas las heridas, celébralas. Las cicatrices de tu cuerpo son la marca del campeón. Has estado en una pelea de leones, que no hayas ganado no significa que no sepas rugir. No te deseo, ni te pienso, ni te recuerdo.Marchate por favor.

sábado, 12 de junio de 2010

Dejé el cuerpo en el pasillo

La comunicación es una de las primeras cosas que aprendemos en la vida; es curioso que conforme vamos creciendo y asimilando palabras y aprendiendo a hablar menos sabemos lo que decir o como pedir lo que queremos de verdad. Al final no puedes evitar hablar de ciertas cosas. Hay cosas que no queremos escuchar. A veces hablamos porque no podemos estar callados más tiempo. Hay cosas que exceden a las palabras, son producto de la acción.(Acción, reacción, repercusión ) A veces hablas porque no hay alternativa…otras cosas te las reservas; y no siempre, pero... de cuando en cuando algunas cosas hablan por si solas. - Te mentí, no estoy al margen de esta relación, estoy aquí, y creo que es humillante, porque estoy suplicándote - Meredith... - ¡Calla!cuando dices Meredith me pongo a gritar. - Si... - Muy bien,voy a decirlo, tu elección es simple, ella o yo, ella es una gran mujer, pero Derek, te quiero, y te quiero de tal modo que finjo que me gusta tu música, dejo que te comas el último trozo de tarta y no me importa que veas los deportes en la televisión, por todo lo que debería odiarte, te quiero. Escógeme, quédate conmigo, quiéreme. - Si, casi muero hoy...¡Derek!, no puedo recordar nuestro último beso. Lo único en lo que pensaba era que iba a morir y no podía recordar la ultima vez que te besé. Es patético, pero quiero recordar la última vez que fuimos felices. No paro de intentar recordarlo y no puedo Derek, no soy capaz. - Me alegro de que estés viva. Fue un jueves por la mañana. Llevabas esa camiseta de Darthmouth que te sienta tan bien, la que tiene un agujero. Te habías lavado el pelo y olía como a flores. Yo llegaba tarde a operar, dijiste que nos veríamos luego, te acercaste a mi, te apoyaste en mi pecho y... me bésaste, un beso, rápido de los normales como si fuéramos a hacerlo a diario el resto de nuestra vida. Seguiste leyendo el periódico y yo me marché. Ese fue el último beso. - Lavanda. Mi pelo olía a lavanda, por el acondicionador. - Lavanda.

viernes, 11 de junio de 2010

reseteado

Poca gente sabe que el ojo humano tiene un ángulo muerto en su campo de visión. Hay una parte del mundo ante la que somos literalmente ciegos. El problema está en que a veces el angulo muerto nos oculta cosas que no deberíamos ignorar. A veces los ángulos muertos nos permiten ser alegres, ilusionarnos, desgastar momentos, e incluso tropezarnos. En el caso de los angulos muertos quizá nuestro cerebro no se equivoca, quizá esté protegiéndonos.

miércoles, 2 de junio de 2010

Felicidades pequeña Zipi

Contigo veo océanos dónde sólo hay charcos