jueves, 8 de diciembre de 2011






A veces el invierno merece la pena por una tarde afilada, o por una frase hermosa que meter en la cama. Todo lo que sucede, tiene una intención, tú y yo, mañana, tarde y noche...
Extraña ciudad ésta, que llueve tu perfume y viste de melancolía los semáforos. Muda, como los faros, que creen tu ausencia en esa dirección.
El miedo es una rueda deshinchada, un almacén de sábados usados, y en cada indecisión del pie, eliges el camino que te venza el sueño. La vida es una carta.


Apareciste media hora antes de lo esperado y en el preciso instante en el que mis ojos te encontraron, quise morirme de la verguenza. De iso facto me tapé la cara con las manos, debía pensar que ese simple acto me haría desaparecer, que ilusa, eso sólo les funciona a los niños.

Te adoro.

2 comentarios:

Lautaro Axel dijo...

Genial, ¿lo escribiste vos?

Lautaro Axel dijo...

que buen blog, me gustaria saber quien sos porque podria jurar que sos una persona que conoci hace mucho tiempo y nunca mas volvi a ver. Si te interesa contactarme, creo que en mi cuenta estan los datos. Gracias y que andes bien!