martes, 26 de enero de 2010

A mi madre le molas

Son las doce de la noche de un lunes cualquiera, de un mes de enero más, y estoy a punto de resguardarme debajo del nórdico para llevar a cabo mi rutina favorita, pensar en ti, como durante las 24 horas del día. Soy la primera que tiene miedo o que tiene dudas, nacidas de mi inseguridad supongo, no lo sé, y ahora mismo tampoco me importa. Te echo de menos, no puedo evitarlo y sólo espero que pase rápido esta semana para dormir contigo (ya me he pedido el lado de la pared ja!), para ver zombieland (espero que el emule nos lo permita claro), para decidir si tarta de queso y fresa, tarta de limón o helado de nueces de macadamia, maquinar el menú con “ayuda” el cocinero de Roda, volver a tu sofá y atrincherarme en él con la manta de cuadros mientras tu me acaricias, bailar cualquier canción de michael descalza en el parqué… El día más insospechado, cualquier pequeño instante contigo es fiesta nacional para mi, y no se si tenías que haber aparecido antes o después, solo se que estoy feliz, muy feliz…y como decía esa canción que tu y yo sabemos, lucha hasta que tengas suficiente…

No hay comentarios: