
Esperaba la casualidad de su vida, y zas! ¿Por qué no en aquella fiesta donde a los chicos les daban tornillos y a las chicas se les entregaban tuercas? Prometía ser divertido, buscar a tu tornillo o viceversa, la recompensa era un
cubata o mejor, un chico, el chico fabuloso, si de esos que cada una de nosotras nos planteamos y construimos a todo detalle en nuestra cabeza.
¿Y si juntamos un tornillo con una tuerca que no coincide, que pasaría?¿Sólo nos
joderíamos los dedos y acabaríamos agotados de un esfuerzo inútil?
El
propietario del tornillo que encajaba
perfectamente con mi tuerca salió rana, era un fantasma,pero no me importa porque
puedo seguir uniendo mi vida con casualidades.
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