lunes, 10 de enero de 2011

Recuerdos.

Francamente, me sorprende que hayas aparecido de nuevo. Tenía y tengo el mismo miedo de siempre. Con el tiempo, todos cambiamos, y prefería la distancia por el simple hecho de seguir recordándote como lo hago, no podía permitir que mi percepción sobre ti llegase a cambiar. No quería que una de las cosas más verdaderas que ha habido en mi vida cambiase.

Recuerdo que te tarareaba al oído la canción 42 de coldplay cuando estábamos tumbados en la cama. Me gustaba esa camisa de cuadros, el pantalón negro extragrande, pero sobretodo el sombrero marrón que olvidaste en la fabrica abandonada dónde fotografiamos instantes. Creo que no me han vuelto a hacer el amor desde entonces. Me encantaba tu casa, sobretodo estaba enamorada de tu cocina, nunca olvidaré nuestros desayunos de palmeras de coco esporádicas mientras tu tocabas la guitarra y yo intentaba cantar. Llegar a compartir desayunos con tu hermano. Solía dejar mi nombre en tu jardín Zen, para que sonrieras al verlo.

Recuerdo la magia de nuestro primer encuentro, camino de la Alfranca. Después de tanto tiempo aún no he olvidado el clima que se creó, no he vuelto a vivir algo parecido, ni he vuelto a abrirme tanto a alguien.

Me gustaban tus labios. Enero en la playa. La primera sesión de fotos en el sótano, cuando un “simple” abrazo, lo significaba todo. Recuerdo muchos abrazos significativos, sobretodo el de aquel día en el que grité te odio delante de la cámara.

Recuerdo el collar que colgaba de tu cuello, la canción con la que te motivabas en el coche, o el erizo de peluche.

Recuerdo el día en el que esa canción de pereza te hizo contarme cosas que no habías compartido con nadie.

Recuerdo el nudo que se me hacia en la garganta con la canción coge mi mano.

Recuerdo tantas cosas…

Recuerdo, recuerdos, que voy a contarte que no sepas.

Eras y eres especial. Siempre lo he sabido.

1 comentario:

Aran dijo...

aiba willy con gafas...