sábado, 20 de junio de 2009

Felicidad

Deja de recetarme felicidad, siempre odié cualquier vía artificial y no hay ningún medicamento que pueda curarme o eso es lo que me decía la doctora mientras me echaba la bronca por no terminar ningún tratamiento, me cansaba o me olvidaba de ingerirlos el día perfecto y a la hora exacta. Y ahí estabas tú llamando a la puerta de mi casa en el momento exacto haciendome creer que podía volar.

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