Ella adoraba subir en ese ascensor antiguo cerrar las puertas tras de sí y encontrarse de morros con él recibiéndole con esa actitud empapelada de magia. El pasillo le resultaba magnífico, cientos de fotos que recordaban tiempos mejores o quizá no tanto con marcos totalmente diferentes y sicodélicos. Su habitación era el mejor lugar de la casa, el mejor sitio para refugiarse de cualquier tipo de problema.
La luz pasaba entre las persianas semiabiertas y a la lejanía sonaba el último disco de coldplay, reberberando en sus oídos como algo por lo que luchar…
-¿Puedes atrapar un sonido?, atrápalo para mi!
Le encantaba tararear el comienzo de “
Ahora confía en el blue-ray
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