Ella prefería la parte de la cama que estaba junto a la pared, se sentía más segura y protegida. Él, acababa de poner su canción favorita y le rodeaba con sus brazos, acariciándola y tocándole el pelo. Ambos miraban hacia el techo, era uno de esos silencios en los que no hacia falta ninguna palabra de por medio para comunicarse
- Metámonos debajo de las sábanas…
- Las sábanas recién cambiadas te encantan, se me había olvidado.
- Mirame y dime que ves
- Eres especial e indescriptible
- Dime que ven tus ojos, dime que ves reflejado en los mios…
- No quiero vivir de una imagen ni de un recuerdo
- Vive conmigo entonces
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