lunes, 20 de julio de 2009

Viajar

Ese lugar, ese arco, las piedras del suelo, el escalón dónde se sentaba, era mágico, el musgo de las paredes en septiembre, el sonido al pisar las hojas en otoño, los rayos de sol atravesando las ramas de los árboles reflejando en su cara todos los días de verano...Era perfecto, no hacía falta hablar, era el antídoto para la felicidad y la tristeza, solo necesitaba un cigarrillo y sus mp3 con bloc party. Él le quitó los cascos y le susurró al oído -hay libertad dentro y fuera, intenta atrapar una inundación con una taza de papel, hay una batalla y muchas de ellas han sido perdidas, pero tu nunca veras el final del camino mientras viajes conmigo.

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