martes, 7 de diciembre de 2010

Life vest under your seat

Dejo atrás Copenhague con una inusual salida del sol, aquella que me recibió timidamente al aterrizar. En mi caso, no soy adepta a hacer balances, mi partida no tiene nada que ver con mi llegada. (No quedan resquicios de duda, no ahora.)
Gestos pactados
Las percepciones cambian
Sonrisas y palabras disfrazadas
Falsa magia intacta
Sensaciones estúpidas
Me resguardo en un ventanal
Las nubes son preciosas aquí arriba
Esconder mis reflexiones
Infiel a mis principios
Dura con mis autocríticas
Quiero una vida llena de romanticismo
Peco de soñadora
Jamás intentaré hacer o ser algo que no soy
Supuesta hora de embarque 13:40
Hoy volaré en un avión rojo
Estoy feliz, las cosas dejan de afectarme
13:47 Please wait
Las decepciones dejan de asustar
Dos y dos son cuatro cuando yo quiero que sean cinco
Gate A17
No hay resquicios de duda
A veces los recuerdos son las mejores fotografías
Estados ingravitos
Sueños no soñados
Imágenes no reflejadas
Sonidos no reverberados
Austeridad momentánea
Sensaciones incrustadas
Leves suspiros
Ilusiones anegadas
Destino tangente a unas manos entrelazadas
Tres horas de viaje y parada en Barcelona
Arrepentimientos sustituidos
Me enamoré de una ventana
Olores impregnados
Acciones insensatas
Un único dueño de mis franquicias
Palabras francas
Repartir el placer, prolongar el encanto
Inmolarse el pecho
Domingo astromántico, ya no me hace efecto
Anestesiar verdades
Reducir pixeles
Caricias suplantadas
Huellas que desaparecen
Las prisas no son buenas
Los errores se pagan
Un cigarro se va consumiendo con el tiempo
Restricciones favorables
Debo renovar el pasaporte
Me mareo cuando el avión se inclina
Siempre unida a mis contradicciones
Ojala pudiese escribir asiduamente con estas vistas
Sinceridades opuestas
Amagos subordinados
Condiciones generales
Incidencias bajo llave
Validez caducada
You found me
Mis cimientos ahora renovados
Gestión improvisada
Tasas desorbitadas
Blanco y negro cuando todo se rige por el color
Faltaron razones
Sobraron motivos
Los romances cambian de lugar en la memoria, las intensidades se disuelven y los recuerdos se desvanecen a modo sopistan. Los sueños e ilusiones se van reciclando, cambian de nombre, apellidos y aspecto. Y todo lo demás, empieza donde acaban mis pies, de eso se trata de disfrutar del camino.
Me siento feliz, ligera, liberada, rodeada de unas vistas privilegiadas, hace mucho que no estaba tan cerca del cielo. ¿Intangible? HOY NO!

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