viernes, 31 de diciembre de 2010

San pepe. Sonrisas bajo llave después de un beso robado al cobijo de un parking. Hombre lija misterioso. Kebab, y arropados por lo desconocido, volvisteis a la madriguera.

Champán enfriándose en una terraza, taciturno a la espera de su llegada. Nervios, todo eran nervios y en el fondo vislumbrabas ese deseo que te torturaba cada vez que lo veías. El cóctel de fresas adornaba el momento, como la guinda del pastel que más habías deseado detrás de esa vitrina dónde habías pegado tu nariz. Pasos lentos cronometrados por suspiros. Pasillo eterno. Final del trayecto. Besos lentos. Os deshicisteis de las pesadas ropas que soportabais, y navegando entre las sabanas, vuestros cuerpos se encontraron. Antifaz, combinado con deseo, sudor, sensaciones encontradas y explosiones buscadas.

A la luz de una vela tuvo lugar una maravillosa escena, el agua caía mientras probabais el roce de vuestras pieles. Murmullos en vuestras manos.

Fotogramas de una noche con destino oasis. Correr que fue volar, y volver a empezar. Despertarse contigo.

Siguió el eco hasta un rincón, y aquella ventana tapizada por la lluvia, iluminaba su cuerpo con cada trueno que se atrevía a sonar. Pelo desorbitado en la litera de una habitación de invitados.

Y a las mismas tentaciones cedió su voluntad. Espejo en la pared. Él en el suelo, ella en el aire.

Semana santa.Alemania. Actuar sin justificación, amarrada a la quimera de no estar vendida al corazón.

Bienvenido a la oscuridad donde la luz no deja de brillar, hallaras algo de calor al escuchar la canción de tu interior. Bienvenido a la creación, a la quietud, al lento contemplar, ilusión de un mundo mejor donde el temor se desvanece. Bienvenido a la realidad, dónde la luz no es fácil de alcanzar, hallaras frió y confusión al escuchar el sonido del dolor, bienvenido a la gravidez a la inquietud y al verbo estupidez .

Verano, espacio,distancia, respiro.

Copenhague, cuatro días conviviendo. Brotaban de los escombros horizontes hasta ayer prohibidos.

Bucear en la razón, deambular por las aceras, tropezar con las ideas .Como el roce de la brisa, la caricia de la lija. Balanza condenada a bascular.

El silencio como abrigo dio calor a una amistad.

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